¡Hola! El curso pasado tuvimos en el máster un debate sobre los deberes y, para defender mi postura en contra, recopilé unos cuantos argumentos, algunos de cosecha propia y otros de lecturas que hice sobre el tema. Aunque está un poco esquemático, lo comparto con vosotras y vosotros por si a alguien le viene bien:
1. En general, se trata de actividades meramente repetitivas de lo hecho en clase, sin componente creativo ni de reto para el alumno.
2. No son individualizados, pues se manda a todos los alumnos lo mismo, lo que no permite que cada uno trabaje lo que necesita ni lo que despierta su interés.
3. La cantidad excesiva de deberes ocupa demasiado tiempo libre del niño. La jornada escolar ya es suficientemente larga como para sobrecargar a los niños con más contenidos escolares en su tiempo libre.
4. Los deberes impuestos impiden que el niño dedique tiempo a investigar, leer y aprender por su cuenta.
5. Restan tiempo a la vida en familia, a la socialización, al cultivo de las aficiones, a salir de casa y visitar otros lugares y, sobre todo, al juego, por lo que dificultan el desarrollo integral del niño. Además, recordemos que el artÃculo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 establece el derecho de los niños al juego.
6. La ayuda de las familias no siempre es la adecuada (por defecto, exceso, interferencia…). En un estudio de Cooper, Lindsay y Nye (2000), dos tercios de los padres reconocieron algún tipo de implicación negativa o inapropiada en relación a los deberes.
7. Acentúan las desigualdades entre los alumnos con ayuda en casa y los que carecen de ella. Para los niños con más dificultades escolares y para los que proceden de hogares más desfavorecidos, «la carencia de material escolar y de padres con educación convierten los deberes escolares en una fuente de insatisfacción que alimenta el resentimiento contra la escuela» (Mary Bousted, secretaria general de ATL, Association of Teachers and Lectures).
8. Generan una enorme cantidad de estrés en muchos niños.
9. Con frecuencia, suponen mucho esfuerzo a cambio de ninguna gratificación y acaban con el gusto por aprender. En palabras de Alfie Kohn, «la falta de interés de los niños por las tareas los lleva a adoptar una actitud negativa hacia el colegio y el aprendizaje en general. DirÃa que las tareas son el principal y mayor extinguidor de la curiosidad infantil».
10. Sustituyen la motivación intrÃnseca por aprender de los niños por la motivación extrÃnseca a partir de premios y castigos.
11. Se basan en ignorar que los niños sienten un deseo natural y espontáneo por aprender.
12. Generan dependencia del adulto, pues los niños pequeños son a menudo incapaces de hacer los deberes ellos solos y aprenden a depender de sus padres. AsÃ, mientras los partidarios de los deberes los consideran positivos para la automotivación, la disciplina, el esfuerzo y la responsabilidad, lo que los niños aprenden a menudo es a depender de sus padres (u otros adultos).
13. Son muy desagradables tanto para los niños como para las familias, suponen una intromisión en la vida familiar y son foco de conflictos familiares.
14. Hay muy pocas evidencias que relacionen los deberes con mejores resultados escolares, especialmente en los primeros cursos del sistema educativo (en infantil y primaria no se han demostrado efectos positivos, en secundaria pocos y solo en superior parecen tener beneficios más considerables). Además, aunque algunos estudios puedan establecer cierta correlación, como bien apunta Alfie Kohn, «el hecho de que los estudiantes que obtienen puntajes altos en las pruebas hagan muchas tareas no prueba que obtengan esos puntajes por ellas». Según Cooper (1989), los resultados son en general poco o nada significativos cuando los estudios examinan el efecto de variables extrañas en la relación entre deberes y logro.Â
15. Aunque haya estudios que señalen sus efectos positivos en relación a los resultados escolares, ¿son estos lo más importante? ¿No estaremos sacrificando otros aspectos más relevantes si le dedicamos todo el dÃa al rendimiento escolar? Practicar mucho un deporte puede hacernos deportistas de alto nivel (o que lo odiemos para siempre), pero ¿es esto lo que queremos?
Algunas referencias
Cooper (1989):
http://psycnet.apa.org/books/11578/005
Cooper, Lindsay y Nye (2000):
http://www.sciencedirect.com/…/article/pii/S0361476X99910366
Efectos positivos:
http://www.lukemath.com/…/7/8/4/6784307/grading_homework.pdf
Cooper (1989):
http://www.addison.pausd.org/…/Synthesis%20of%20Research%20…
Cooper (2006):
http://rer.sagepub.com/content/76/1/1.short
http://queduquequeducuando.blogspot.com.es/…/tienen-que-lle…
A mi no me resultan muy bien. Es cierto que los niños tienen un poco de practica extra pero recibo quejas de las familias y también de los niños. Por otro lado es una lucha constante para que los entreguen en tiempo y forma y suelen copiarselos de los compañeros.
Pareciera que el problema, mas que ser los deberes, es el tipo de deberes, como se presentan, en que condiciones, etc. No es una mala medida, pero si esta muy mal aplicada, deja de funcionar y se transforma en algo totalmente contraproducente. Sobre cada uno de los puntos expuestos se puede trabajar...
EJ: 1- actividades meramente repetitivas - solución: Proyectos creativos y desafiantes
2 - No son individualizados (tampoco lo es lo que se trabaja en clase). solución: Elaborar varios tipo de ejercicio y que cada niño lleve lo que necesita reforzar.
3 - cantidad excesiva - solución: Bajar la cantidad y mejorar la calidad del trabajo o menos deberes por semana...
Lo propio aplica al resto de los argumentos.